L. CUBILLA


Luis Alberto Cubilla Almeida nació en Paysandú, República Oriental del Uruguay, el 28 de marzo de 1940. Su primer club importante fue el Colón de su ciudad natal, del que se alejó siendo un adolescente para ir a uno de los dos grandes de su patria: Peñarol. En las prácticas del “Manya” mostró desde el vamos una gran guapeza, la cual no pasó desapercibida para el entrenador de turno. Fue así que debutó como profesional en el torneo de 1957, dando inicio a una trayectoria riquísima. Por caso, en el aurinegro ganaría varias cosas antes de emprender la aventura europea a comienzos de la década del ´60. Siendo muy joven fue parte del plantel “Manya” que entre 1958 y 1961 se quedó con cuatro campeonatos uruguayos en forma consecutiva, pero Peñarol no se conformó solamente con eso: en forma simultánea a las últimas dos conquistas señaladas a nivel local, el “Carbonero” se alzó también con las primeras dos ediciones de la Copa Libertadores, que por ese entonces aún se llamaba “Copa de los Campeones de América”. Cabe mencionar que en la final de 1960 los uruguayos se impusieron ante Olimpia, y él tuvo una vital participación: en el partido revancha marcó el gol del 1 a 1 a falta de sólo 7 minutos, por lo que el 1 a 0 le alcanzó a los orientales -que al año siguiente batieron al Palmeiras- para alzar la primera copa de su historia moderna. Además, luego de la frustración vivida en la primera Intercontinental ante el Real Madrid, en la edición del ´61 pudieron tomarse revancha, al levantar el trofeo luego de vencer al Benfica. No pasó demasiado tiempo antes de que lo buscaran desde suelo europeo, y fue nada menos que el Barcelona el club que compró su pase, allá por 1962.


Campeonatos internacionales: LUÍS CUBILLA CAMPEÓN

TítuloClubPaísAño
Copa LibertadoresPeñarolFlag of Uruguay.svg Uruguay1960
Copa Libertadores (2)PeñarolFlag of Uruguay.svg Uruguay1961
Copa IntercontinentalPeñarolFlag of Uruguay.svg Uruguay1961
Copa Libertadores (3)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1971
Copa Intercontinental (2)NacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay1971
Copa InteramericanaNacionalFlag of Uruguay.svg Uruguay19725

Distinciones individuales

DistinciónAño
Director Técnico Sudamericano del año1990
11º puesto Mejor jugador sudamericano del siglo XX según la IFFHS2006
64º puesto Mejor jugador del siglo XX según la IFFHS2006

Como jugador

Como entrenador



Wikipédia, informa

La Copa Libertadores de América nació en 1960 para proclamar un campeón capaz de cruzarse con el vencedor de la Copa de Europa. Siete equipos disputaron el primer trofeo, representantes de Argentina (San Lorenzo), Brasil (Bahía), Uruguay (Peñarol), Bolivia (Jorge Wilstermann), Chile (Universidad), Colombia (Millonarios) y Paraguay (Olimpia).

Fue un torneo duro, con siete expulsados sólo entre las semifinales y la final, y se resolvió en el último suspiro del último partido, cuando el uruguayo Luis Cubilla (Peñarol) anotó el empate a uno en el campo del Olimpia. En la ida, en Montevideo, se habían impuesto los uruguayos (1-0) y el empate en Asunción, el 19 de junio de 1960, les dio el título.

Llegó del Peñarol como doble campeón de la Libertadores y ganador de la Intercontinental

“Serás eterno como el tiempo y florecerás en cada primavera”, reza el himno del Peñarol, que repitió título en 1961, esta vez superando al Palmeiras brasileño en la final, y de nuevo con su extremo derecho Cubilla, de regate insaciable, como uno de los elementos destacados.

Unos meses más tarde, el 20 de febrero de 1962, el presidente blaugrana Enric Llaudet convocó a la prensa de forma urgente. A su lado, Luis Cubilla, flamante fichaje del Barça, 21 años y unas ganas enormes de triunfar en Europa. Pero la historia no fue la que se anunciaba ese día.

“Era bueno, sí, era bueno…”, comenta Josep Maria Fusté, el hilo conductor de aquellos años grises. Un Barça maniatado por los éxitos incesantes del Madrid y por la ausencia de liquidez. Pagar las obras del Camp Nou y vender Les Corts eran prioritarios. Fichar… con cuentagotas. Y barato. “Era muy hábil con la pelota y en campo contrario no se escondía… estos tan hábiles suelen esconderse, pero él no”, explica el futbolista de Linyola.

Cuando dejó el Barça, prosiguió su carrera de éxito en Argentina y Uruguay y jugó tres Mundiales

En tiempos de penurias económicas toda estrategia era válida y Cubilla, doble campeón de la Libertadores y ganador de la Intercontinental de 1961, costó… nada. Sus derechos los había adquirido un industrial milanés amigo de Llaudet y lo cedió al Barça a cambio de una serie de amistosos en Italia, seis en dos años. O al menos así se dijo. Y con cierto misterio. El jugador firmó su traspaso a Europa sin saber exactamente dónde acabaría jugando.

Cubilla pasó dos años en Barcelona. Y fracasó. Apenas 25 partidos oficiales y cuatro goles. Rápidamente se ganó fama de regateador insaciable y algo marañero. En un Barcelona que devoraba entrenadores, nadie supo entender su estilo peculiar. “Tiene las características de los grandes ases del fútbol uruguayo: fortaleza, espíritu de lucha y honradez en el esfuerzo”, se dijo a su llegada. En el banquillo estaba Kubala, que acababa de relevar a Lluís Miró y a su vez sería sustituido por Josep Gonzalvo y éste por César Rodríguez. Ídolos del pasado que no entendieron a Cubilla.

De carácter irascible, no entendía su suplencia y a finales de 1963, harto de banquillo, se saltó un amistoso fijado para el día de Navidad. “No me he presentado al partido porque estuve festejando la Nochebuena”, justificó. Fue multado. Y poco después, en febrero de 1964, el Barcelona cerró su venta al River Plate.

Lejos de Barcelona, la carrera de Cubilla resurgió. Triunfó allí donde fue. En el River y sobre todo en el Nacional de Montevideo, con el que volvió a ganar la Libertadores y la Intercontinental. Fue elegido el undécimo mejor futbolista sudamericano del siglo XX, por delante de Tostão, Francescoli y Kempes, entre muchos otros, en una lista que encabezaban Pelé, Maradona y Di Stéfano. Y tuvo una extensa carrera de éxito como entrenador. En Argentina, en Uruguay, en Paraguay… incluso en Ecuador, donde dirigió al Barcelona de Guayaquil. Desde el banquillo conquistó igualmente los grandes títulos. Pero siempre tuvo un carácter difícil. En 1985 incluso lo encarcelaron por agredir a un árbitro, al que fracturó la nariz.

Como jugador estuvo en tres Mundiales: 1962, 1970 y 1974. Se perdió el del 66 porque Uruguay no quiso expatriados y él jugaba entonces en el River Plate. En 1970 Uruguay llegó a las semifinales, pero aún así fue criticado y Cubilla, siempre polémico, anunció que ya sólo concedería entrevistas cobrando. Y puso su tarifa: 15.000 pesos para la prensa, 25.000 para la televisión. El Diario, de Montevideo, pasó por taquilla y en esa famosa entrevista Cubilla explicó su versión del fracaso barcelonés: “Yo nací en Paysandú y fui pobre, muy pobre, pero como toda mi familia muy orgulloso. Después de la pobreza que tuve que soportar, en Barcelona me encontré de pronto con algo totalmente diferente y no supe cómo afrontarlo”.

En aquella misma entrevista reconoció la dureza de su carácter: “Sé que parezco antipático. Soy muy parco y tengo pocos, muy pocos amigos”, declaró. Pero el entrevistador lo que quería, fundamentalmente, era que le hablara del Mundial de 1970.

– “Si no fuimos campeones fue por razones que no vienen al caso”, dijo Cubilla.

– ¿Cuáles?

– Eso... se lo digo en otra entrevista.

– ¡No, eso no! ¡Que nos cuesta 15.000 más!”

Cubilla falleció el 3 de marzo de 2013, a los 72 años, y su entierro fue un acto multitudinario. Siendo muy joven e inexperto pasó sin pena ni gloria por el Barça. “¿Qué si le recuerdo? ¡Y tanto!”, explica Salvador Sadurní, el gran portero blaugrana de la época. “Lo recuerdo perfectamente porque cuando se marchó yo me quedé su piso unos meses, en la calle Capità Arenas”.

La Vanguardia



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